martes, 3 de junio de 2008

martes




El sol ardía en mi piel, el teléfono sonaba. Lo quería coger aunque nunca llegaba; y cuando por fín llegué, le dí al botón verde que permitiría nuestra convesación, el sonido de tu voz rondando mis oídos, llenándome otra vez de ti... Justo en ese instante en el que te dije "hola..." la puerta se abrió y me ví obligado a colgar....


Sobresaltado me desperté.

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